La sonda Mars Express de la ESA ha enviado nuevas imágenes de un cráter que muestran lo que pudo ser el lecho de un gran lago en la época en la que el agua fluía por la superficie de Marte.
Las imágenes se han tomado en el cráter de Eberswalde, en las tierras altas del sur de Marte, de 65 kilómetros de diámetro. El cráter e formó hace más de 3.700 millones de años tras el impacto de un asteroide. Un impacto posterior dio lugar al cráter Holden, de 140 kilómetros de diámetro. Las rocas arrancadas por este segundo impacto cubrieron gran parte del cráter Eberswalde.
No obstante, en el fragmento aún visible de Eberswalde se conservan los restos de lo que en su día fue un gran delta, surcado por múltiples brazos fluviales, como se puede observar en la sección superior derecha de la imagen. Este delta cubre una extensión de unos 115 kilómetros cuadrados. Los serpenteantes cauces fluviales al norte del cráter lo alimentaban de agua, dando lugar a un gran lago.
Cuando el lago se secó, gran parte del delta y de sus cauces fluviales quedaron ocultos bajo una nueva capa de sedimentos, arremolinados por el viento. Estos depósitos secundarios han sufrido la acción de la erosión, dejando al descubierto la estructura invertida que podemos observar hoy en día. Esta estructura, identificada por primera vez por la sonda Mars Global Surveyor de la NASA, demuestra que el cráter fue en su día el lecho de un lago, y es una prueba inequívoca de que hace tiempo el agua fluía por la superficie de Marte.
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