Estos robots sociales crearon perfiles con nombres supuestos y captaron 250 gigabytes de datos personales de miles de miembros de la red. Los robots, una vez creado el perfil, envían solicitudes de amistad. Lo hicieron a 5.053 miembros de Facebook escogidos al azar. Cada cuenta envía 25 peticiones al día porque un envío masivo sería más fácilmente detectado por los sistemas de seguridad de Facebook. En una primera fase del envío, fueron aceptadas 976 solicitudes de amistad.
En una segunda fase, se enviaron 3.517 solicitudes a amigos de quienes habían aceptado la petición en la primera fase. En este caso, al cabo de seis semanas, el índice de amistades aceptadas subió notablemente. Fueron 2.079 miembros. Ello se debe, según la investigación, a que es más fácil que alguien acepte una petición de amistad si procede de alguien con un supuesto amigo común.
El experimento ha demostrado la facilidad de infiltración que ofrecen las redes sociales y la poca exigencia de muchos miembros de las redes sociales a la hora de incorporar un nuevo amigo a su lista. Los mecanismos de protección de las redes, como los de Facebook, no resultan plenamente eficaces en la detección y eliminación de estos perfiles falsos. Únicamente un 20% de ellos fueron bloqueados después de que algún miembro los marcara como origen de spam (mensaje comercial no solicitado).
Un portavoz de Facebook destacó la existencia de sistemas de seguridad en su red diseñados para detectar cuentas falsas cuyo objetivo es captar información de terceros. Aceptó usar los datos de la investigación para mejorarlos, pero recordó que los miembros de la red deben evitar aceptar en su lista de amigos a personas desconocidas o con una actividad sospechosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario