Hace unos años, unos cerdos clonados y transgénicos con corazones humanizados parecían la promesa de futuros tratamientos de trasplantes a humanos. Aquella investigación durmió la siesta de los justos... hasta ahora.
La utilización de órganos o tejidos de animales en trasplantes humanos acaba de encontrar un nuevo espaldarazo desde EE.UU. Investigadores de la Universidad de Pittsburgh acaban de publicar en la prestigiosa The Lancet el posible uso de órganos especialmente de cerdos transgénicos en los denominados xenotrasplantes.
Especialmente, años de investigación han permitido avanzar en la aceptación del receptor humano de ese tejido de otra especie; en el control de la respuesta inmune.
Para ello han resultado muy valiosos los xenotrasplantes de islotes pancreáticos –en lugar del páncreas entero- de cerdos en monos diabéticos. Para la posible traslación a humanos, se piensa en cerdos neonatos, más baratos que animales adultos.
No obstante, no todo es de color de rosa. Por ejemplo, en el caso de la diabetes tipo 1, incluso con un xenotrasplante exitoso, la alterada respuesta inmune, causante de la enfermedad, podría volver a dañar el tejido pancreático. Otra de las opciones terapéuticas apunta a los trasplantes neuronales desde tejido porcino. Estudios con modelos en primates de Parkinson son prometedores.
Finalmente, otra posible aplicación de los xenotrasplantes serían las terapias puente,consistentes en suministrar un órgano –corazón o hígado, por ejemplo- a un paciente mientras se busca otro humano histocompatible. Mientras tanto, la utilización de tejido transgénico, con genes que regulan la respuesta inmune o que sean antitrombóticos puede ser muy útil. ¿Quién dijo aquello de que del cerdo se aprovecha hasta los andares?
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