Las últimas imágenes enviadas por la sonda Cassini de la Agencia Espacial Europea (ESA) desde el planeta de los anillos muestran que los chorros que parecen emanar del anillo F de Saturno son, en realidad, las estelas que dejan "bolas de nieve" de kilómetros de diámetro al atravesar el disco.
El delgado anillo F de Saturno es conocido por presentar curiosas características dinámicas -surcos, ondulaciones, trenzados y "bolas de nieve"-, formadas por la atracción gravitatoria de la cercana luna Prometeo. Si bien la mayoría de estas bolas se rompen al chocar entre ellas o bajo la acción de las fuerzas de marea, las nuevas imágenes muestran centenares de casos en los que algún fragmento sobrevive y atraviesa el anillo F, dejando a su paso una estela de partículas de hielo. Estos fragmentos de hielo chocan con el anillo a baja velocidad, a unos dos metros por segundo, y generan estelas que se pueden extender hasta 40 o 180 kilómetros sobre el plano del anillo. En ocasiones, todo un grupo de bolas impacta con el anillo F, dando lugar a exóticas figuras.
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